sábado, 21 de marzo de 2015

LA VIDA DE MI PULSERA



La vida de mi pulsera ha sido inmensamente larga o muy breve, según se mire. Fue un regalo de mis padres, hace unos diez años. ¿Eso es mucho tiempo para una simple pulsera? A mí, me parece que sí. 

Pues bien, cuando la recibí, me pareció tan bonita que nunca encontraba el momento de ponermela. Mejor un día más importante, una noche especial, en una ocasión señalada... Nunca la usaba. Acabó en el cofre de las joyas castigas, esas que no te pones por miedo a perderlas o estropearlas. Paradojas de la vida, las que  más te gustan son las que menos luces. 

Ayer decidí que eso iba a cambiar, ya era el momento de mi pulsera, de que viera mundo y saliera por ahí. Me la puse, sin tener ningún evento, sólo porque me apetecía. Al llegar la noche, no recordé quitármela y esta mañana ha aparecido entre mis sábanas.





Este es el estado en el que ahora está. Partida por varios lugares. Entiendo que se ha pasado toda su vida esperando, se ha deteriorado sin que me diera cuenta y, finalmente, no la he podido disfrutar. 

Hay muchas personas a las que les pasa eso. Se pasan toda su vida esperando. Esperan el día adecuado, el mejor momento, tener dinero, acabar los estudios, encontrar pareja, casarse, que los hijos estén grandes, la jubilación.. Parece que lo que siempre puede esperar es la felicidad. Siempre posponemos lo que más deseamos. Dejamos que lo urgente, nos oculte lo importante. 

Yo no quiero ser de ese tipo de persona. Y tú tampoco deberías. El mejor momento para eso que tanto llevas posponiendo, era ayer. Pero.. ¡hazlo hoy! ¡No esperes más! Ya encontrarás un mejor momento para lo urgente. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.