Esta es una costumbre que llegó de Oriente a
Europa durante la Edad Media y tiene que ver con la numerosa descendencia que se le augura a la
pareja. Cuantos más miembros tuviera la familia más fuerte sería el clan y
podría luchar contra otras tribus rivales.
Hoy en día, el arroz simboliza prosperidad y fertilidad,
por ello, cuando los invitados lanzan los granos de este cereal a los novios al
terminar la ceremonia, les desean abundancia en un sentido amplio. También se
puede reemplazar el arroz por pétalos de rosa pues estos auguran un futuro
dulce y pleno. 
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